Nostalgia. Poesía de los cielos, inmensa…

Poesía de los cielos, paisajes inmensos que humillan tu ser, Los olores del asado, el campo y el vino. El color del Atlántico Sur Grande, el tango, y el sudor. El recuerdo de mi primera novia… El color de sus ojos avellana, su pelo ondeando en la brisa fresca… La canción que aún la oigo cantar, sus labios salvajes y hambrientos. Puedo saltar cuánticamente en un momento de magia y revivirlo todo, como en un sueño…
Argentina; madre, hermana, amante, novia, la sangre de mi ser, estás en mi alma. Anhelo volver a verte, a la orilla de Buenos Aires, mirando tus cielos en busca de recuerdos, y con la humedad en los ojos, rememorarlos. Mi alma nunca se fue realmente, y mi espíritu sigue regresando, eres toda yo, pedazo a pedazo, célula a célula, lágrima a lágrima. ¿Existe una forma más sencilla de decir te quiero un millón de veces?
Algún país y algún campo. Cuánto te venero. Es el sentimiento de pertenencia, es el rasgo de uno, es el aura que lo rodea; es el sentimiento de lo que uno llega a ser. El amor universal reducido al nivel de un país. La grandeza de una Tierra en una minúscula postal. Los sonidos de los ríos, la corteza y la sombra de un árbol, los gritos de risa de los niños de la calle jugando al “fútbol” El sabor irreprimible de la sal marina en el aire, la puesta de sol en la playa, la luna saliendo en el cielo del sur. Todas las estrellas que pueda contar antes de dormir.
La insaciable necesidad humana de las maravillas de lo desconocido me ha llevado lejos, cruzando los océanos del mundo y llenando mi mochila con la experiencia. Conocí gente aquí y allá, en lugares que ni siquiera puedo deletrear… y lo probé todo en cada uno de ellos. Pero Argentina me seguía allá donde iba, no abandonaba mi piel, y me susurraba al oído en el idioma del amor de una madre. “Por supuesto que volverás”, me dijo. “Claro que lo haré”, respondí. Y parece que han pasado mil años desde que juré aquella promesa y sigo encontrándome, igual, en mi lugar… sigo siendo una expatriada.
Y una vez más, ni uno solo.